jueves, 24 de febrero de 2011

Este país…sigue siendo este país. Análisis del artículo de Mariano José de Larra: "En este País"


Este país…sigue siendo este país



España tras años y años, siglos y siglos, sigue siendo especial en sus éxitos y en sus desgracias, en su riqueza y en su miseria, en su alegría y en su pena, en su brillantez y en su torpeza. En este país…¡ay!...en este país, cuántas cosas que ladrar y que pocas que decir.

El artículo de Mariano José de Larra comenta el uso deferente de las muletillas que justifican los errores propios en el conjunto de un pueblo, un pueblo que al igual que los judíos en Vida y destino, “ni son santos ni malhechores eran (son) seres humanos”.

Este periodista y escritor del romanticismo español trata a lo largo de su obra En este país, varios temas, de los que hay varios que despiertan mi atención.

En primer lugar, Larra hace referencia al “medio saber”, ese impedimento para “gozar de lo bueno que realmente tenemos […] nos ciega sobre los progresos que vamos haciendo” ¿De qué me suena esto? ¡Bah…! Sigamos con el texto. El autor madrileño expone el supuesto caso de la conversacion don Periquito (petulante joven que se considera un conocedor del mundo cuando lo más lejos que ha llegado son a las piernas de su padre) y su acusación de todos los males a “este país”. Del texto tomo el siguiente fragmento:
Metió el pie torpemente en un charco.
-¡No hay limpieza en España! -exclamaba.
En el extranjero no hay lodo

¡Ahora caigo! Pero si esto me suena de hace poco, poco. Sí, ya lo recuerdo un artículo de nuestro buen querido Alfonso Hernández tras las victorias del Real Zaragoza sobre la Real Sociedad y el Levante. El jefe de deportes de El Periódico de Aragón mencionaba que en las últimas jornadas el equipo aragonés había cometido dos penaltis, que ninguno de ellos había sido señalado y que mire usted que cómo estaríamos si el colegiado los hubiera pitado… ¿Quién son los únicos que, amén de los afectados, le dan vueltas al asunto? Contestado queda.

En segundo lugar, Larra imprime la importancia de leer, de saber, de conocer sobre aquello mencionado. Esto aparece tras una conversación en la que a Don Periquin se le cuestiona sobre su hábito de leer periódicos, a lo que el joven contesta: “No, señor; en este país no se sabe escribir periódicos”. Como dice Albert Chillón, el periodista necesita partir de una base desde la cual pueda hablar de un asunto, pero esto no solo se circunscribe al profesional de la información. En el caso de la crítica por la crítica, su falta de documentación puede conducir a conclusiones precipitadas o erroneas.

El tercer y último tema que centra mi interés tiene también que ver con la intención que Larra da a este texto. El periodista expresa: “Cumpla cada español con sus deberes de buen patricio, y en vez de alimentar nuestra inacción con la expresión de desaliento: «¡Cosas de España!», contribuya cada cual a las mejoras posibles”. Por lo cual queda de manifiesto que Larra intenta arengar a los españoles a centrarse en lo suyo, barrer la puerta de su casa y chitón. A un servidor le resulta, cuanto menos, complicado entender su postura. Qué sí, que vale, que cuánto más honrado exista mejor, pero… ¿para quién? Señor Larra, ¡cuánto se ha perdido usted! Que en la actualidad una persona pase 40 años trabajando día a día, para sacar adelante a su familia, pagando sus impuestos y realizando esos “deberes” y que, al final de todo, logre una pensión mísera, no se antoja tan rentable como alguno de los casos que aparece en los periódicos: ser culpable de cohecho, llevarse “tantosmileuros”, estar 1 año a régimen y volver a casa…a hacer los deberes, ¿no? Aunque creo que esto ha sido igual en 1833, en 1933 y, si apuramos, en 2033.

No sé…deben ser cosas del medio saber

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