jueves, 5 de mayo de 2011

Fin del "Clasicato" ¿Qué viene ahora?

Clasicato


Semanas enteras donde una única información copa los principales focos. Nos quejamos, pero luego todos volvemos la mirada y agudizamos el oído para no perder detalle. Un servidor se negó a rally de “Madri-Barças” y al menos puede evitar uno de los cuatro partidos.  Pero lo que no pude evitar, ni yo ni nadie, fue el continuo discurso de los medios durante casi más de un mes: tantos años de la última final entre Madrid y Barcelona, tantos otros desde su último cruce en Champions, la Liga ya decidida.

Durante estos días el periodismo deportivo español ha “deslumbrado” al mundo con un repertorio de informaciones de lo más variado y con un reparto de tiempos que ha afectado a la gran mayoría de espacios informativos en varios formatos. Efectivamente, si los deportes sin corona real, maltratados de por si, fueran la señora de Cospedal entonces si tendrían razones de peso para quejarse por el trato recibido en el desequilibro informativo. Recuerdo como en el informativo vespertino de Antena 3, incluían una pieza tan importante como: la repetida imagen de padre del Real Madrid e hijo del F.C. Barcelona. Más tarde en el Telediario de TVE de las 9, era el turno para la “guerra de sexos” entre los mismos equipos. Extrañamente todos parecían un recurso barato de adorno de unos cuantos minutos

Pero qué tienen esos partidos para ser tan vistos, tan comentados. El último partido que vi junto a mis colegas en Calatayud fue el, llamémosle “Primer clásico”, perteneciente a la competición de Liga. Quedamos para cenar y seguidamente esperar a que empezara el choque. Eran las 9 y media y no había rastro de nadie, solo los charcos, pruebas irrefutables de la lluvia que había caído por la tarde. 10 minutos después por fin estábamos todos: choque de palmas, risas varias y al bar. Una vez allí, los fanáticos de ambos equipos (yo soy zaragocista confeso y orgulloso, comienzan con un el “pique” obligado: que si os vamos a meter tantos, que si va a empezar el “cangelo”. Empieza el partido y empieza la tensión: faltas, dominio de los azulgrana, el Madrid a verlas… ¡pero si esto pasa en todos los partidos!

Mientras esto ocurría los informadores deportivos, forofos también a fin de cuentas, empiezan a cargar sus afilados bolígrafos virtuales, lo que en un Zaragoza – Almería no pasa de la anécdota o la normalidad para ellos son 2 páginas de periódico, 2 entradas en la web, 2 minutos de televisión, pura rentabilidad. A su vez ese partido a vida o muerte, por una de las salvaciones más caras de los últimos años para no descender a Segunda División, no merecen ni media página.

Como he dicho me libre de uno de los cuatro. En este último, la polémica apareció de nuevo. He de confesar que al final acabas picando en la red de comentar y comentar la jugada, que si el árbitro, que si el jugador. Barajé incluso poner un tweet en la archiconocida red del micro-blogging dirimiendo el caso, pero viendo el volumen que había sobre lo mismo, desistí. Eso sí, los árbitros veteranos pueden retirarse tranquilos, no como los curas, media España esta dispuesta a juzgar al milímetro cada jugada que se produzca en un partido.

Pasada la tempestad, llega la calma. Tras medio mes con lo mismo día, tarde y noche, llega el momento de agudizar el ingenio. Páginas y páginas quedan por rellenar, tinta y tinta por gastar ¿Se gastará adecuadamente? ¿Rellenaremos o colocaremos información?

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