Que nos encontramos en el mundo de la globalización no es nada nuevo. Qué es la era de las nuevas tecnologías, que sí. Que estamos sumidos en la época de desinformación es algo que no nos queda tan claro.
Los grandes medios, a parte de realizar una gran labor como altavoces y principales analistas en cuanto a los problemas que nos afectan día tras día, tienen gran responsabilidad en la creación de una ciudadanía, una sociedad, no sé ni si llamarlo pueblo, la cual destaca por su ignorancia (voluntaria o no) en cuanto a lo que realmente ocurre, lo que realmente pasa “ahí fuera”. Vamos, como se dice de forma vulgar: “Que no se entera de la misa la mita”.
-Hala hombre Jorge, pero que has dicho-. Sencillamente me refiero a que los grandes medios (sean audiovisuales, soporte papel) se encuentran atados a unos intereses inamovibles e inquebrantables en la sociedad actual: los intereses económicos, la guita vamos. Y los periodistas, por extensión. Que sí, que los medios de gran escala, regionales o nacionales o internacionales hacen una labor enorme en cuanto a poner a la luz informaciones que de otro modo no saldrían, pero que eso no se hace por “amor al arte”, por la defensa de la “libertad de prensa”, se hace por el interés que afecta al medio, mejor dicho, por el interés que le toca al grupo de capital que controla a ese medio. Ya puedes ser el diario, la cadena más progresista y social del mundo, pero quien te controla es quien te controla...el dinero ¡Despierta!
Por poner un ejemplo, ¿en que cabeza cabe, que un gran periódico, emisora de radio, canal privado de televisión cuyo principal sustento se encuentra en una gran compañía petrolífera, va a cargar contra los intereses de dicha empresa?
Pero seamos realistas, ¿quién actúa en pos de los intereses generales? ¿Quién busca un beneficio colectivo? NADIE. Estamos en un sistema capitalista, seamos coherentes con lo que eso conlleva. Y sí, menos mal que aún queda gente decente, sí, esos “3 ó 4 gatos” que te hacen ver que todo no está perdido. Que la cosa no es tan negra, que un día...podrás intentar algo similar.
En pocas palabras, esta es mi humilde opinión respecto a la libertad de prensa en la actualidad. Con esto no quiero decir que no haya solución, que estemos abocados a una pérdida de toda conciencia social, sino que tenemos que saber de lo que tenemos que afrontar y de lo que tenemos que combatir. Seamos jóvenes, o no, despertemos de una vez de un sueño de más de 60 años y busquemos un buen futuro, busquemos la verdadera libertad de prensa, busquemos la verdad.
Ahora bien, este trabajo no solo depende del periodista, del emisor, sino que también depende del receptor, del lector, del oyente, de esa persona que puede (y debe) ejercer una responsabilidad crítica, de discernir la verdad del interés puro y duro. Pero si seguimos viviendo en el mundo como algo ajeno, algo extraño...la libertad se ahoga, se extingue.
¿Qué opináis vosotros? ¿Se puede hacer algo? ¿Mejorará la situación? ¿Existen alternativas?
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