Aquí os dejo un análisis de algunos puntos interesantes de ésta obra de Vasili Grossman.
Vida y destino. Un análisis
La obra de Vasili Grossman, Vida y destino, es el objeto de este análisis textual. Es necesario advertir que este comentario se centra en la totalidad de la primera parte y en un amplio fragmento de la segunda. En primer lugar, contextualizaremos la época en la que se basa la novela y algunos rasgos biográficos del autor. Posteriormente analizaremos con detenimiento varios puntos que se tocan a lo largo del libro y que personalmente han llamado mi atención. Y por último, analizaremos qué intencionalidad tenía Grossman con sus más de 1000 páginas de relato.
Para comenzar entraremos a saber quién es el autor de ésta obra. Vasili Grossman fue un periodista, escritor y corresponsal de guerra soviético, que nació en 1905 y falleció en 1964. A pesar de su ideario proclive al régimen instaurado por Stalin y de querer combatir contra la invasión alemana durante la II Guerra Mundial (vivió el gran conflicto no como soldado sino como miembro de la redacción del periódico militar ruso Estrella Roja), reconocidas son sus críticas al modelo de Estado soviético en obras como Todo fluye o la propia Vida y destino. Este autor está encuadrado dentro del realismo socialista en la literatura, algo que analizaremos con detalle más adelante porque es un punto cuanto menos controvertido.
En cuanto a Vida y destino, es la segunda parte de su recopilación de vivencias como corresponsal de guerra (la primera fue la obra Por una causa justa). En esta continuación aparecen un total de 164 personajes principales, decenas de tramas, acciones y escenarios que toman como punto común la guerra contra Hitler, pero vista desde una óptica minuciosa, desde la trinchera de Stalingrado, desde el laboratorio de Kazán o desde un barracón en un campo de concentración nazi. Lo más destacado de ésta obra es que se incluyen una serie de críticas al totalitarismo, pero no solo al nazi sino también al soviético en varios aspectos.
Realizar un análisis en profundidad de cada uno de los detalles de Vida y destino sería algo que necesitaría del empleo de meses, pero contando solo con poco más de una semana he marcado algunos de los puntos que más me han llamado la atención.
¿Qué es el bien? ¿Qué es la verdad? Grossman a través de ésta obra nos ejemplifica esos grandes debates en cuestiones humanizadas, en conversaciones entre soldados, entre reclusos. En cuanto al bien, en una conversación entre dos prisioneros de un campo de concentración alemán (Ikónnikov y Mijaíl Sidorovich Mostovskói) sale a la palestra este tema: qué es el bien, qué consideramos como el bien, qué se puede hacer en su nombre, qué justifica ésta máxima. En el debate entre ambos personajes queda de manifiesto que la consideración del bien, depende de la óptica desde la que se mire. Por su parte, Sidororovich, cuestiona que si cuando ahorquen a Hitler en nombre del bien, su compañero de barracón se horrorizara a lo que Ikónikov menciona, irónicamente, que también por el bien (desde el punto de vista de Hitler) se justificaría la construcción de los campos de exterminio.
En cuanto a la verdad, hay un fragmento de reflexión del teniente Yershov. Este soldado recuerda el relato de su padre sobre las malas condiciones que sufría el pueblo ruso: deskulakizaciones, Siberia, el abandono, la muerte. Esto era una verdad, pero el propio Yershov reconoce: “aquella verdad puesta en boca de los alemanes y los vlasovistas se transformaba en mentira”. Por lo tanto si un enemigo esgrimía como argumento, un calco del relato “verídico” de su padre, este ya no lo era, se convertía en algo hueco, en papel mojado. Algo que me recuerda a la frase de Andrei Platonov: “La verdad es un misterio, siempre es un
misterio. No hay verdades evidentes. Véase también que Grossman encabezó una Comisión para resguardar la herencia literaria del autor de la frase. ¿Casualidad?
misterio. No hay verdades evidentes. Véase también que Grossman encabezó una Comisión para resguardar la herencia literaria del autor de la frase. ¿Casualidad?
Vasili Grossman pertenece al realismo socialista. Interesante afirmación si tenemos en cuenta una larga disertación que se da acerca de este movimiento literario (y otros) en la Rusia soviética. En una reunión entre varias personas se discute el papel de esta corriente en comparación con el decadentismo y uno de los personajes afirma que si “el Partido pregunta: <<Espejito, espejito, di: ¿quién es el más bello de todos los reinos?>>, y el realismo socialista responde: <<Tú, tú, Partido, gobierno, Estado, tú eres el más bello de todos lo reinos>>. Resulta curioso que a Grossman se le encuadre dentro de ese movimiento adulador del régimen estalinista, cuando en Vida y destino o en Todo fluye se recojan críticas contra distintos ámbitos del Estado soviético.
Dentro de estas críticas podemos encontrar una muy repetida a la burocracia. Una de las historias más impactantes en este sentido es, por lo menos a mi juicio, la de Seriozha Sáposhnikov, su salida de la casa 6/I y su “huida” del búnker de la sección de defensa del Estado Mayor. Una de las críticas a la torpe burocracia soviética. El soldado Sáposhnikov, pieza necesaria en uno de los bastiones contra el avance alemán en Stalingrado, es requerido por el Estado Mayor para que acuda a su búnker y una vez allí tenga que esperar sin “hacer nada”, ya que dentro del sistema soviético el responsable ante el que tiene que comparecer está ocupado atendiendo llamadas.
Otro de los puntos críticos hacia la burocracia, en la conversación entre dos militares que se encuentran en las estribaciones del Cáucaso, uno de ellos, Bova, el Jefe del Estado Mayor de Artillería lanza la siguiente frase: “La burocracia y los burócratas son los que nos han traído hasta aquí”. De esta forma se inicia un dialogo que crítica los puntos débiles de este sistema soviético en distintos casos. Un piloto no puede recibir unos pantalones porque la intendencia tiene marcada una fecha de reparto y modificarla implicaría mandar solicitudes y solicitudes, tras un tiempo logra los pantalones. Una unidad no puede relocalizarse en pos de su bien y para resguardar las armas y materiales porque la orden “ni un paso atrás” no lo permite y modificarla implicaría un acuerdo con esferas militares superiores que tendría previo paso por otras tantas autoridades inferiores, como resultado, los soldados caen y el material es utilizado por los alemanes. Un ametrallador que con solo su fuerza retiene el avance de todo un batallón y muere, su mujer queda en la calle y despreciada. Como concluye el propio Bova: “La raíz de la burocracia: un obrero sufriendo en su propio Estado”. Aquí que recuerdo un caso de nuestros días, gracias a la burocracia: Una señora mayor con un ojo vago y con cataratas, ha de esperar 6 meses para acudir al oftalmólogo y que le hagan unas gafas, al llegar a su casa con sus gafas nuevas comprueba que no se adaptan a su problema, la señora ha tenido que acudir a una óptica privada a solucionar su problema de visión.
¿Solo la burocracia es criticada por Vida y destino? No, nada de eso. Grossman recoge las experiencias que cargan por ejemplo contra el sistema de elección de cargos. Es el caso de Nóvikov. Este Coronel reflexiona muchas veces en la clase de personas que le preceden en la escala militar, según sus pensamientos hombres que “desconocían el calibre de las piezas de artillería, que no sabían leer correctamente […] habían sido siempre sus superiores”. Esto me recuerda a un artículo del diario EL PAIS que leímos en el primer semestre en la asignatura de Sociología. Este reportaje hablaba sobre las revueltas en Francia en el año 2005, el protagonista del reportaje en cuestión era un joven francés de raíces senegalesas que quemaba coches. Él, de forma sincera, decía que “no encontraba trabajo” porque era “negro” y que además “compañeros blancos con peores notas ya tienen empleos buenos”. A esto se une otra impresión del Comandante que se recoge así en el libro: “En cuanto se comenzaba a hablar de lealtad política de los comandantes, Nóvikov se desalentaba y de repente la competencia personal de esos oficiales parecía algo irrelevante”. En este sentido, el joven en cuestión, Doppy, añade el caso de 2005: “No se valora el esfuerzo, los chavales ven a sus hermanos mayores que con buenas notas siguen en el paro” Y yo me preguntó ¿Qué distancia hay entre la realidad que relata Doppy y el pensamiento de Nóvikov? Temporalmente más de 60 años. Sustancialmente…esto…¿nada?
Pero Grossman en su línea de crítica al Estado soviético no se centra en aspectos aislados, sino que Vida y destino recoge testimonios de personajes que cargan contra el sistema encabezado por Stalin.
Antes se mencionaba esa supuesta adulación de la literatura soviética de la época, ya fuera el realismo socialista (con la propia excepción de Grossman) o del decadentismo. Girando en torno a la misma conversación, Madiárov exclama: “Los decadentes son indiferentes al hombre, y el Estado también lo es”. Antes de esta exclamación, el propio personaje había defendido que “Stalin no construye lo que la gente necesita: construye lo que necesita el Estado”. Pero no solo es Madiárov quién defiende ésta postura. En un campo de concentración nazi el preso Chernetsov, un menchevique, critica: “Sus mariscales y escritores, sus doctores en ciencias, artistas, comisarios del pueblo no están al servicio del proletariado. Están al servicio del Estado”. Aquí Grossman recoge esa diferenciación que se establece entre el Estado y las personas que lo forman: los ciudadanos. Algo que ocurre hoy día, donde esto es palpable en el número de votantes que se abstienen en unas elecciones. Por ejemplo: En el caso de Francia, un 40% ciudadanos con derecho a voto, no lo ejercen. En el caso de Italia, uno de cada tres no acude a las urnas. Y esto es motivo de ese distanciamiento Estado-“pueblo”. El ciudadano medio ahorra en viajes y vacaciones todo lo que puede, los miembros del Estado acuden en necesarios viajes de Estado a concertar necesarios acuerdos previo “gastos pagados”, pero no acuden 3 ó 4, acuden un sinfín de Secretarios, subsecretarios, asesores, asesores de asesores…El perro de los asesores.
Pero ¿y cuál es la intencionalidad de Grossman? ¿Reflejar y contar una historia desde un punto de vista cercano y ya está? ¿O añadir a ello una crítica? Queda claro que la intencionalidad de Grossman es cargar contra el totalitarismo, pero como ya se ha nombrado antes, no solo el nazi sino también el totalitarismo de Stalin. El autor incluye una cita clara: “La extrema violencia de los sistemas totalitarios demostró ser capaz de paralizar el espíritu humano en continentes enteros”. Y así durante todo un capítulo dedicado íntegramente al funcionamiento del totalitarismo y su incompatibilidad con el hombre. Vida y destino habla de los horrores de los campos de concentración en los territorios ocupados por Alemania (cavar fosas, relato de un soldado alemán, el Brenner), pero también de los capítulos oscuros de la Siberia de Stalin, de los chivatazos, de la deskulakización…Además en una curiosa conversación entre el director de un campo de exterminio y un bolchevique veterano, el alemán realiza una comparación larga y extensa entre los dos sistemas dictatoriales, argumenta ésta comparación en varios puntos y una de esas analogías se da entre la “Noche de los cuchillos largos” y las “purgas”.
En definitiva, a pesar de no haber concluido con la obra de Grossman se pueden obtener varias ideas en claro. El punto de vista de cada uno siempre va a condicionar nuestro pensamiento respecto a una acción, aunque ésta sea igual, nuestros condicionamientos previos harán que nuestro juicio se incline hacia un lado de la balanza en concreto. Que la burocracia sigue siendo la burocracia, que Pedro y Stoikovich seguirán ocupando mejores puestos que Doppy y Nóvikov por el mero hecho de ser Pedro y Stoikovich.
No hay comentarios:
Publicar un comentario