Calatayud, de bar en bar
Esta ciudad aragonesa posee una de las medias nacionales más elevadas en cuanto a establecimientos hosteleros por habitante. La falta de una división real de funciones entre bares, restaurantes y discotecas aparece como una de las posibles causas de ésta aparente hipertrofia en el sector servicios bilbilitano
El paseo Cortes de Aragón es una de las zonas de Calatayud
con mayor concentración de establecimentos. JZ
Jorge J. Zorraquín/Calatayud
150 bares; 106 establecimientos asociados, 44 sin asociar, 8 locales cerrados y 12 abiertos en el último lustro, éstas son las cifras que se manejan desde la Asociación de Cafés, Bares y similares en la ciudad de Calatayud. Unas cantidades que no pasan desapercibidas ante los ojos del público. Pero, las cifras nombradas ¿son algo normal? ¿Son estos números un problema? ¿Cómo lo ve el cliente?
Desde la propia Asociación de Cafés, Bares y similares en Calatayud, y a través de las palabras de su secretario, José Antonio Alonso: “El número (de bares) es excesivo, porque calculamos que por habitantes reales, no flotantes, aquí en Calatayud hay unos 100 por cada bar”. Según datos de la empresa pública MERCASA, la Comunidad Autónoma de Aragón contaba, en el año 2007, con una media de 225 personas por cada establecimiento de estas características. En el año 2010, la media se marca en 244. Alonso afirma que si bien estos datos “de cara al cliente sí pueden ser positivos, para la gente que regenta los locales de hostelería, en el tema competencia, es algo negativo, porque muchas personas dirigen un bar como segunda actividad, como algo complementario”.
|
Más esta postura no es la única, el Ayuntamiento de Calatayud observa un punto distinto de la situación referida al número de bares. El concejal de Economía y Hacienda, Armando Miñana defiende: “La hostelería es el escaparate de un pueblo, es un motor fundamental”. Para Miñana, el caso de Calatayud es algo “acorde con la mentalidad del bilbilitano. La gente que ese encuentra en el paro ve una posibilidad de negocio en la apertura de un bar”. En añadido, el responsable de Economía y Hacienda del Consistorio reconoce que los establecimientos en la ciudad son “muchos”, pero que también “son un sostén, ya que no solo el gasto que se produce en el bar, sino el gasto del propio bar se quedan en el municipio”. Otra de las razones que argumenta Miñana es que Calatayud es “cabecera de comarca y por tanto el número de personas que acuden desde las localidades de alrededor, por ejemplo en los fines de semana, aumenta el número de personas por cada bar”.
Pero por su parte, los bares de Calatayud también poseen su propia visión del tema. Rubén Pinilla, socio de un nuevo bar, Central Café, comenta que “en proporción, hay bastantes bares, eso lo sabemos todos, pero cada uno está situado en una zona diferente.”. A esto, Pinilla añade: “Ninguno (por los bares) cierra y hay muchos más para abrir, En nuestro caso, sabemos que abrir un negocio como este no es sencillo y por temor a la situación, pero con ilusión todo se anda”. Su fórmula: un bar dirigido a toda persona de Calatayud que decida, desde tomarse el almuerzo a irse de copas un sábado por la noche. Además este emprendedor bilbilitano asegura que “de esta forma hay mayor competencia, buena y sana”.
Otro punto de vista dentro del sector es el de Fernando Mochales del Bar Castillo. Hace tres años que tomó las riendas de un bar en la ciudad bilbilitana y en sus palabras: “El negocio está prácticamente igual que estaba en un inicio, no he notado mucho la bajada”. En cuanto al tema del sobre dimensionamiento del sector servicios en Calatayud, Mochales afirma: “Hoy hay de todo (tipos de bares), pero hay muchos, es algo excesivo. Aquí, en este barrio éramos 5, ahora somos 7” . Además, Mochales no observa ninguna consecuencia positiva en el tema de la competencia ya que “no puedes modificar los precios, llevan 3 años al mismo coste y no puedes subir, aunque los gastos sí que suban”. En el caso del Bar Castillo, cuenta con “un 80% de los clientes son gente fija, el otro 20% son personas que se encuentran de paso y que se acercan desde la gasolinera cercana”, asegura su dueño Fernando Mochales.
Pero ¿y qué opinan los clientes de esta situación? Antonio García, Alva Molina y Pablo Jaime, coinciden en calificar como “excesivo” el número de bares en Calatayud. Pero a esto García añade: “pero así por lo menos se puede respirar, de esta forma la gente se reparte más por los locales y no hay tanta aglomeración”. En el mismo sentido se encuentra la opinión de Sergio Gil: “El número de bares está bien, al existir tantos puedes cambiar”.
Ante esta situación, la Asociación de Cafés y Bares de Calatayud y el propio Ayuntamiento bilbilitano trabajan de forma conjunta en la puesta en marcha de la catalogación de todos los establecimientos de hostelería, algo que ya es aplicado en Aragón, pero que todavía no ha entrado en vigor en la ciudad del Jalón. Según José Antonio Alonso, Secretario de la Asociación de Cafés, Bares y similares en Calatayud: “Este medida será positiva, cada uno se colocará en un sitio específico y los negocios se especializarán”. Además la catalogación de estos servicios servirá para que exista una división real entre bares, cafés, restaurantes, algo que en la actualidad “no existe”, según lo expresa el Secretario de la Asociación de Cafés y Bares. A esto Alonso, añade: “Desaparecerán pubs, desparecerán cafeterías, desaparecerán discotecas; pero aparecerán más pubs…cambiará un poco la perspectiva”.
Pero hasta que cambie la situación, el gran número de bares en Calatayud seguirá siendo algo latente, seguirá siendo el “escaparte” de la ciudad. Los clientes, bilbilitanos y no, acuden a ellos, los empresarios abren y cierran los negocios en busca de su sitio oportuno. Pero ante todo se defiende el número de bares como muestra de la libertad de elección, del poder de decisión de acudir a un lugar u otro. Como dice el refrán: “En la variedad está el gusto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario